Diseñada por Herzog & de Meuron, la Switch House de la Tate Modern fue la última ampliación de la Tate Modern en 2016, radical en su forma y superficie, pero íntimamente relacionada con el vasto edificio al que se une, inaugurado como la principal galería de arte moderno de Londres en 2000. Fotografiado recientemente por Bahaa Ghoussainy, el edificio inaugurado en 2016, es un modelo para los museos del siglo XXI.
La Tate Modern tiene una historia de grandes cambios, ya que convirtió una central eléctrica en desuso en la galería de arte moderno más visitada del mundo. Cambió su ubicación, antes desierta, a orillas del río y provocó una afluencia de turistas. Más que nadie, ha conseguido que el arte moderno resulte atractivo para un público global. Con una nueva ampliación que ofrece un espacio mucho más accesible y una torre de 64 metros de altura, llega un nuevo cambio. La forma, el alzado y los espacios interiores cambian de la forma rectangular del edificio principal a la angular de la nueva construcción.
La Switch House organiza los nuevos espacios en una torre piramidal única, cuya estructura de hormigón se pliega en líneas dramáticas a medida que se eleva. Revestido con una celosía perforada de 336.000 ladrillos, el edificio reinterpreta la mampostería de la central eléctrica de una forma radicalmente nueva. La singular fachada permite que la luz se filtre durante el día y resplandezca durante la noche, transformándose en un velo que encapsula el esqueleto de hormigón del nuevo edificio con largas ventanas horizontales que se cortan para ofrecer nuevas vistas y revelar detalles de la mampostería.
La obra reciente de Ghoussainy se centra en la evolución del entorno construido y los efectos de la tecnología en el mundo físico. La Switch House sitúa la sostenibilidad medioambiental en el centro de su diseño, mediante el uso de una elevada masa térmica, ventilación natural, paneles solares y nuevos espacios verdes.
Ghoussainy tiende a incorporar la tecnología digital y otros métodos alternativos de creación de imágenes en su práctica, ya que considera que existe una relación intrínseca entre la imagen y la arquitectura, que él comunica actualmente a través de su obra. Esto se demuestra tanto en los temas de sus proyectos como en los métodos utilizados en su producción.
Su obra, últimamente, explora la transformación de las cualidades espaciales y materiales de la arquitectura y su traducción en obras fotográficas bidimensionales.